miércoles, 2 de septiembre de 2015

Adelanto de mi próxima novela.

   Buenos días, mis lectores.

   Ayer la puse en mi página de Facebook, pero hoy también os la hago llegar a los que me leéis por este medio, ¿cómo iba a dejaros sin esto?

    Se trata del primer capítulo de la novela que estoy escribiendo. No os quejaréis, ¿eh? Jajaja

    Sí os pido que comentéis si os gusta, o si no os gusta también, por supuesto. Vuestro feedback para mí lo es todo, por lo que os estaré muy agradecido.

    No me enrollo más, aquí lo tenéis.


    Sus pasos no vacilaron tanto como él pudo esperar en un principio. Caminaba lento, pero al fin y al cabo, no dudaba en poner un pie delante del otro mientras arribaba a su destino.
    Su respiración sí delataba lo nervioso que estaba. Eso era otro cantar. Su corazón no iba a ser menos y latía dentro de los límites de lo verdaderamente peligroso. Una nueva oleada de recuerdos lo traicionó e hizo que su estómago se encogiese. De nuevo le vino todo a la cabeza con una nitidez pasmosa.
    Notó cómo la angustia volvía a apoderarse de él, era imposible volver a vomitar pues ya ni le quedaba bilis en su interior. En las dos últimas ocasiones, la sangre había hecho acto de presencia entre lo arrojado por su boca en la taza del wáter.
    Sabía que era imposible que esos latigazos en forma de recuerdo se fueran y lo dejaran tranquilo, apenas conseguía unos segundos de relativa paz mental cada treinta minutos de agonía. 
    Aquella era la justificación de lo que iba a hacer.
    Se aseguró de que todo estuviera bien dispuesto, volvió a echar un vistazo a su alrededor y así lo comprobó. Miró el papel, le hubiera gustado ver qué cara hubiese puesto él cuando se lo hubieran notificado, quería saber si todavía albergaba algún buen sentimiento para con su persona.
    Estaba seguro que no, no tenía dudas en que le odiaba con todas sus fuerzas. Él jamás perdonaría lo que le hizo.
    Razón no le faltaba.
    Ojalá, tras saber los motivos que lo llevaron a actuar de esa manera, aunque no olvidara el calvario que le hizo pasar, al menos desapareciera ese odio visceral que seguro sentiría.
    Deseó haber tenido el valor para habérselo explicado en persona, como debería haber hecho desde un primer momento, pero el acto que estaba a punto de cometer demostraba que era el peor de los cobardes.
    Desde aquel día no había hecho otra cosa que comportarse de esa forma.
    Antes de subir a la silla, tocó su bolsillo y extrajo la foto, la única foto que había llevado consigo hasta aquel lugar. La apretó fuerte con la mano, aunque con cuidado de no arrugarla más de lo que ya estaba. Lo miró, intentó llorar pero ya no le salían las lágrimas, seguramente ya estaba seco. Durante el transcurso de las horas anteriores lo había arrojado todo.
    Colocó el pie derecho en el asiento del mueble, apoyó su mano del mismo lado en el pomo de madera que la silla tenía en la parte superior del respaldo y, con más titubeo que aplomo, tomó impulso para subir el otro pie y colocarse erguido sobre la misma.
    Desde que había tomado la decisión, se había planteado en numerosas ocasiones si sería capaz de hacerlo. Si podía o no, se vería en apenas unos segundos.
    Introdujo la cabeza en la soga, el tacto áspero de la cuerda le produjo una desagradable sensación que recorrió todo su cuerpo. Cerró los ojos al mismo tiempo que cerraba el lazo para que quedara ajustado a su cuello.
    Aún con los ojos cerrados, sintió que la decoración de la habitación no hacía sino más que acrecentar lo siniestro de la escena. Aquella estancia era tan gris y fría como lo era su alma desde hacía unos cuantos años.
    No siempre fue así, hubo un tiempo lejano en el que entendió el significado de la palabra felicidad. 
    Intentó nuevamente llorar sin éxito. Sin abrir los ojos sintió de nuevo el tacto de la foto en su mano izquierda. Respiró hondo varias veces, le hubiera gustado que todo hubiera acabado de forma distinta.     No podía cambiar su pasado, los fantasmas lo perseguían con más fuerza que nunca.
    Anheló que él supiera dar los pasos necesarios para averiguar la verdad, aunque la duda se disipó rápido al recordar a quién iba dirigido el papel. Desde luego que llegaría.
    Su propio cerebro, casi de forma instintiva, realizó una pequeña cuenta atrás.
    5…
    4…
    3…
    2…
    ≪Lo siento
    1…

    Tan sólo unos segundos después, la fotografía cayó al suelo, justo debajo de unos pies que habían quedado suspendidos en el aire con un leve y siniestro contoneo.



    Bueno, contadme! 

    ABRAZOS!!

2 comentarios:

  1. ESPERO QUE NO TARDES MUCHO EN PUBLICARLA, PORQUE NO ME VAN A QUEDAR UÑAS QUE COMERME...VAYA COMIENZO...HAS CONSEGUIDO LO MISMO QUE EN TUS ANTERIORES NOVELAS, Y ES ENGANCHAR DESDE LA PRIMERA LÍNEA...ME HAS DEJAO CON LA MIEL EN LOS LABIOS...JEJEJE...HE LEÍDO "KRYPTOS" Y TE DEJÉ EL COMENTARIO EN AMAZON...HACE POCO LEÍ TAMBIÉN "LA VERDAD OS HARÁ LIBRES", PERO AÚN NO HE COMENTADO PORQUE ACABO DE EMPEZAR "LA PROFECÍA DE LOS PECADORES", Y COMO ES LA SEGUNDA PARTE YA COMENTO TODO JUNTO...MUCHA SUERTE CON ESTE NUEVO TRABAJO, Y DESEANDO LEERLO...:)

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  2. De momento, tiene muy buena "pinta". A por él. :)

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